Cuando te veas del lado de la mayoría, párate a reflexionar
En la película Ahora o nunca —en inglés The Bucket List (2007)—, el personaje de Edward Cole (Jack Nicholson), dice en un momento dado:
– Si algo me ha enseñado la vida es que siempre el 95% de la gente está equivocada.
– Si algo me ha enseñado la vida es que siempre el 95% de la gente está equivocada.
En esta vida casi todo se distribuye al 95%—5%. Es la Ley de Pareto (el 80% de la producción la causan el 20% de los insumos) pero acentuada aún más.
Éxito es sinónimo de diferenciación: Si ves lo que todo el mundo ve, si haces lo que todo el mundo hace, si ofreces lo que todo el mundo ofrece... no tienes una ventaja competitiva y no te diferencias. Para tener éxito hay que saber algo que los demás no saben, en cualquier parcela o área de la vida. Si no, te conviertes en uno más y nadie va a pagar mucho por uno más.
Éxito es sinónimo de diferenciación: Si ves lo que todo el mundo ve, si haces lo que todo el mundo hace, si ofreces lo que todo el mundo ofrece... no tienes una ventaja competitiva y no te diferencias. Para tener éxito hay que saber algo que los demás no saben, en cualquier parcela o área de la vida. Si no, te conviertes en uno más y nadie va a pagar mucho por uno más.
Ya decía Mark Twain: «Cuando te veas del lado de la mayoría, párate a reflexionar. En las multitudes, lo que se acumula no es el sentido común sino la estupidez». Una máxima latina señala: Ubi multitudo, ubi malum. (Donde está la multitud está el mal).
Evidentemente, estar en la mayoría tiene una ventaja: comodidad; porque estar en la mayoría es conseguir la aceptación social. Es dejarte llevar, funcionar en modo inercia, seguir la corriente, y eso libera de energía y tensiones propias de quien no sigue el camino de la masa. La mayoría de la gente no está dispuesta a estar incómoda y estar cómoda en su mayor prioridad. Ya hablamos de ello en El problema nunca es el tamaño del problema, donde apuntábamos que ZC (Zona de Comodidad) = ZR (Zona de Riqueza).
Para tener éxito tienes que pensar de forma diferente. Para tener éxito —en cualquier parcela: dinero, relaciones, empresa por ejemplo— lo primero de todo es cambiar la forma de pensar. Y tu forma de pensar no es otra cosa que tus Paradigmas, o sea, tus Creencias, archivos grabados en tu inconsciente que determinan lo que piensas y crees. Y muchos de ellos son producto de lo que inyecta el Sistema porque le interesa dirigir a la gente —la masa— de una determinada manera para beneficiarse quienes manejan los hilos de ese Sistema (ver post 10 rasgos indicativos de que estás atrapado por el Sistema).
Hace algún tiempo escribí para la Newsletter de la empresa Terra Consultoría de Incentivos (@terraviajes) para la que dirigí un proyecto sobre el futuro del sector eventos, un artículo titulado: Aprende a NO escuchar. Allí dejábamos la siguiente historia:
«Érase una vez una carrera de ranas. El objetivo era alcanzar lo más alto de una gran torre. En el lugar había una gran multitud de espectadores que habían acudido para apoyarlas y animarlas. Preparados, listos, ya. Comienza la competición. Pronto, los asistentes, ante las dificultades de las ranas para avanzar hacia la cima de aquella torre, murmuraban:
– ¡Qué pena! ¡No lo van a conseguir! ¡No van a poder!
Algunas de las ranas, al escuchar las voces, comenzaron a desistir. Pero había una que persistía y continuaba la subida sin inmutarse. A medida que avanzaba la carrera, la multitud continuaba gritando:
– ¡Qué pena! ¡No lo van a conseguir! ¡No van a poder!
Poco a poco, las ranas iban abandonando una a una, menos aquella que continuaba a su ritmo sin poner mucho interés a los comentarios. Ya al final dela carrera, todas las ranas habían cejado en su empeño excepto la que se había mantenido firme en su propósito desde el principio. La curiosidad se apoderó de todos los presentes. Querían saber cómo había sido posible aquella hazaña. Y cuándo fueron a preguntarle acerca de sus habilidades para alcanzar tal proeza, fue cuándo descubrieron que ¡era sorda!».
Evidentemente, estar en la mayoría tiene una ventaja: comodidad; porque estar en la mayoría es conseguir la aceptación social. Es dejarte llevar, funcionar en modo inercia, seguir la corriente, y eso libera de energía y tensiones propias de quien no sigue el camino de la masa. La mayoría de la gente no está dispuesta a estar incómoda y estar cómoda en su mayor prioridad. Ya hablamos de ello en El problema nunca es el tamaño del problema, donde apuntábamos que ZC (Zona de Comodidad) = ZR (Zona de Riqueza).
Para tener éxito tienes que pensar de forma diferente. Para tener éxito —en cualquier parcela: dinero, relaciones, empresa por ejemplo— lo primero de todo es cambiar la forma de pensar. Y tu forma de pensar no es otra cosa que tus Paradigmas, o sea, tus Creencias, archivos grabados en tu inconsciente que determinan lo que piensas y crees. Y muchos de ellos son producto de lo que inyecta el Sistema porque le interesa dirigir a la gente —la masa— de una determinada manera para beneficiarse quienes manejan los hilos de ese Sistema (ver post 10 rasgos indicativos de que estás atrapado por el Sistema).
Hace algún tiempo escribí para la Newsletter de la empresa Terra Consultoría de Incentivos (@terraviajes) para la que dirigí un proyecto sobre el futuro del sector eventos, un artículo titulado: Aprende a NO escuchar. Allí dejábamos la siguiente historia:
«Érase una vez una carrera de ranas. El objetivo era alcanzar lo más alto de una gran torre. En el lugar había una gran multitud de espectadores que habían acudido para apoyarlas y animarlas. Preparados, listos, ya. Comienza la competición. Pronto, los asistentes, ante las dificultades de las ranas para avanzar hacia la cima de aquella torre, murmuraban:
– ¡Qué pena! ¡No lo van a conseguir! ¡No van a poder!
Algunas de las ranas, al escuchar las voces, comenzaron a desistir. Pero había una que persistía y continuaba la subida sin inmutarse. A medida que avanzaba la carrera, la multitud continuaba gritando:
– ¡Qué pena! ¡No lo van a conseguir! ¡No van a poder!
Poco a poco, las ranas iban abandonando una a una, menos aquella que continuaba a su ritmo sin poner mucho interés a los comentarios. Ya al final dela carrera, todas las ranas habían cejado en su empeño excepto la que se había mantenido firme en su propósito desde el principio. La curiosidad se apoderó de todos los presentes. Querían saber cómo había sido posible aquella hazaña. Y cuándo fueron a preguntarle acerca de sus habilidades para alcanzar tal proeza, fue cuándo descubrieron que ¡era sorda!».
Si la gente que marca diferencias es poca, un 5%, y una persona quiere estar en ese 5%, la pregunta es: ¿Qué puedo hacer para conseguirlo?
Aprender de ese 5%, o sea, Aprendiendo de los mejores; observando a quienes tienen resultados —hay que aprender a escuchar con los ojos, no con los oídos— y descifrando qué han hecho o qué patrones de comportamientos han seguido. Muchos de ellos han dejado su legado y enseñanzas por escrito en todas las áreas.
Evidentemente también tiene un coste, el de invertir tiempo en descubrir qué ha hecho ese 5% para conseguir lo que ha conseguido. Además, esos patrones son pautas conceptuales muy importantes, pero luego hay que ejecutar. Por eso hablamos en su día de Las 3 E del Éxito. Dicho de otra manera, el éxito nunca está en saber sino en hacer. Esas pautas te dicen qué hacer pero no son el camino. El camino tiene que andarlo uno por sí mismo y no hay dos caminos iguales. Y ya se sabe, la secuencia del éxito es siempre la misma:
Aprender de ese 5%, o sea, Aprendiendo de los mejores; observando a quienes tienen resultados —hay que aprender a escuchar con los ojos, no con los oídos— y descifrando qué han hecho o qué patrones de comportamientos han seguido. Muchos de ellos han dejado su legado y enseñanzas por escrito en todas las áreas.
Evidentemente también tiene un coste, el de invertir tiempo en descubrir qué ha hecho ese 5% para conseguir lo que ha conseguido. Además, esos patrones son pautas conceptuales muy importantes, pero luego hay que ejecutar. Por eso hablamos en su día de Las 3 E del Éxito. Dicho de otra manera, el éxito nunca está en saber sino en hacer. Esas pautas te dicen qué hacer pero no son el camino. El camino tiene que andarlo uno por sí mismo y no hay dos caminos iguales. Y ya se sabe, la secuencia del éxito es siempre la misma:
Estudia → Aprende → Practica → Equivócate → Corrige → Vuelta a empezar = ÉXITO
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